Con el fin de llamar la atención internacional sobre la situación de su pueblo, Joao Davi Maraxi dio un discurso en el año 2002 en el foro permanente para los pueblos indígenas de la ONU en Nueva York.
Solicitó el apoyo de las Naciones Unidas para que se expulse a todos los buscadores de oro ilegales del territorio yanomami.
Al mismo tiempo pidió por el suministro de medicinas para todas las comunidades yanomami.
Y finalmente cerró su impactante discurso con las siguientes palabras:
Nosotros amamos nuestra
cultura y nuestro idioma.
Por favor ¡no olviden a los yanomami!
Sin embargo, en la ciudad de Nueva York Joao Davi Maraxi no se sintió precisamente a gusto.
Después de apenas dos días quiso regresar a su comunidad en Papiu-Kayanaú.