Estimados amigos de los yanomami:
¡Increíble pero cierto!
Ya son 25 años de compromiso con los yanomami y 10 años de Yanomami-Hilfe e.V. Merecida razón para hacer una breve mirada retrospectiva a nuestro trabajo.
Conocí a los yanomami en el año 1990 mientras hacía una expedición con Rüdiger Nehberg. Desde ese entonces se han convertido en mis compañeros de vida.
Me siento muy agradecida de haber podido conocer en su originalidad a este alegre pueblo indígena y poder acompañarles en su camino hacia la autodeterminación. Cada año me voy a pasar por lo menos tres meses con ellos en las retiradas aldeas de la selva para visitar regularmente nuestros centros de salud en Ixima, Papiu y Mavaquita. Los mismos son renovados en la medida en que lo requieran y se les refresca con una mano de pintura.
En los últimos años hemos podido equipar las aldeas yanomami con microscopios, radios de alta frecuencia, mosquiteros, celdas solares, canoas de aluminio y motores fuera de borda, razón por la cual la situación de salud de los yanomami ha mejorado considerablemente. En los pueblos ubicados al margen del río Marauia ya casi no hay malaria. Sin embargo, si algún yanomami enfermara de malaria, inmediatamente recibiría tratamiento médico para evitar que sea transmitida la enfermedad a través de los zancudos.
En nuestros tres ambulatorios trabajan, desde hace muchos años, indígenas yanomami formados en enfermería y manejo del microscopio. Desde el principio siempre han sido involucrados en la construcción de los dispensarios. Hoy en día puede verse que el trato que los yanomami dan a sus dispensarios es mucho más cuidadoso que antes, ya que es “su proyecto”. Desde el comienzo se ha puesto en práctica el concepto de sustentabilidad con el de “ayuda para autoayudarse”.
Anna Ballester, procedente de Francia, ha resultado ser desde hace 20 años una cumplidora compañera en la localidad y ha formado a muchos maestros de escuela yanomami. En nuestro centro educativo Poraquequara también se dedica a la formación de los yanomami como oradores políticos. Anna les enseña la estructura de la corrupción, cómo se va construyendo y cómo comienza de manera sutil. Suele invitar a abogados que conocen la política del Estado y las leyes indígenas. Se dictan cursos educativos donde los yanomami aprenden sobre sus derechos, cómo representarlos y cómo organizarse. Hasta el momento existen tres organizaciones yanomami que se apoyan mutuamente: Hutukara y Kurikama en Brasil, y Horonami en Venezuela.
Pero, a pesar de este desarrollo positivo hacia la autodeterminación de los yanomami, también hubo retrocesos y problemas.
En Venezuela, obtener la cooperación de los militares resultó un imposible. La promesa de transportar material de construcción con un helicóptero hacia el dispensario en Delgado Chalbaud no se cumplió. En consecuencia, no hemos podido construir hasta ahora un ambulatorio en ese sector.
Dos veces fui detenida arbitrariamente por la Policía Federal brasilera durante la construcción de uno de los ambulatorios. Y, luego de una visita a los yanomami en las riveras del Orinoco, fui capturada y amenazada por la milicia venezolana para amedrentarme. Toda ayuda a los yanomami que provenga del extranjero es, por así decirlo, no deseada.
Desde hace algunos años los yanomami de Brasil reciben el subsidio familiar por hijo, al igual que muchas otras familias brasileras; los adultos mayores reciben una pequeña pensión. Es así como el dinero llega a las aldeas yanomami, lo cual implica que los yanomami tienen que aprender a lidiar con él. Lo primero que hacen es comprar ropa y alimentos occidentales como arroz, pasta y enlatados, perjudicando así el trabajo en sus huertos. Tuvo que pasar algún tiempo para que se dieran cuenta de que un pescado fresco atrapado por ellos mismos sabe mejor que las sardinas o atún en lata. Hoy en día ya saben que el mejor y más seguro abastecimiento de alimentos proviene de sus huertos, los mismos que ahora han vuelto a cuidar mejor.
Desarrollo de las aldeas yanomami
En la etnia yanomami se han desarrollado hasta ahora cuatro tipos de aldeas:
- Las ubicadas al borde de la selva con mucho contacto con nuestra así llamada civilización.
- Las que se ubican retiradas y con poco contacto con el mundo exterior, muchas veces sólo a través de un radio de alta frecuencia.
- Los yanomami que viven aislados sin contacto alguno con el mundo exterior.
- Hoy en día se ha desarrollado una interesante cuarta clase de aldea yanomami, la conformada por aquellos que ya tuvieron mucho contacto con la civilización, pero reconocieron que no les sentó bien y voluntariamente se regresaron al aislamiento en la profundidad de la selva.
Conferencias sobre los yanomami en Alemania y el mundo
Desde hace más de 25 años me he dedicado a dictar charlas en escuelas, universidades, asociaciones, organizaciones protectoras del medio ambiente, organizaciones de campesinos y en Rotaryclubs, en Alemania y el mundo. El interés en los indígenas yanomami y la selva tropical sigue estando firme. El año pasado, luego de las charlas, muchas escuelas organizaron campañas de beneficencia en apoyo hacia nuestro proyecto.
Informe anual 2015
Im vergangenen Jahr war ich zweimal bei den Yanomami. Von der ersten Reise berichtete ich ausführlich im letzten Jahresbericht.
El año pasado estuve dos veces con los yanomami. En el informe anual pasado hay información extensa sobre el primer viaje.
En octubre, gracias a una carta de recomendación de la Embajada de Venezuela en Berlín, pude pasar por la aduana y llevar a los yanomami cinco radios de alta frecuencia y un valioso microscopio. Luego ellos mismos deciden unánimemente en qué aldeas quieren instalar los aparatos.
Así, al microscopio se le dio uso en el Instituto Tropical CAICET en Puerto Ayacucho, en el área de formación médica. Allí regularmente se imparten cursos de microscopio para los yanomami y otros indígenas. La venezolana Magda Magris dirige estos cursos dese hace muchos años.
En octubre del año 2015 tuvo lugar en Caracarana, en el norte de Brasil, en la frontera con Venezuela, un encuentro extraordinario entre los yanomami venezolanos y los brasileros. La reunión de este encuentro binacional fue larga, dado que los yanomami primero tuvieron que poner de lado sus propias rivalidades. Suelo explicarles desde hace mucho tiempo que el más grande enemigo viene de afuera, y que es importante que se organicen para poder mostrar una imagen unida y más fuerte. Fue así como en el encuentro, que tuvo una duración de cinco días, se pusieron de acuerdo sobre sus futuras pretensiones y acciones conjuntas.
En otro orden de ideas, con la ayuda de los antropólogos Bruce Albert y Jose Kelly, los yanomami publicaron dos libros, uno sobre sus plantas medicinales y otro sobre discursos de bienvenida “Wayamou”, que contiene muchas metáforas poéticas. Con estos dos libros los yanomami quieren conservar su cultura para las próximas generaciones y hacerla accesible a otros.
El segundo encuentro de los yanomami de Kurikam tuvo lugar en Bichu Acu, en las cercanías del río Marauia, donde vive Anna Ballester. Allí se reunieron nuevamente, luego de un año, los representantes de 13 aldeas yanomami. En esa oportunidad, en la Organización Secoya, en Santa Isabel, se acordó aprovechar una de las salas de reuniones para la organización. Entre los planes está el aprovisionamiento de una computadora con acceso a internet y una página web propia. Con el alcance mundial de la red los yanomami quieren lograr llamar la atención y hacer presión a escala internacional.
En diciembre del año pasado otra vez dicté charlas a diario en escuelas del estado de Baviera. Recibí invitaciones de directores de escuelas primarias, secundarias, liceos, de maestros de escuelas Waldorf y Maria-Ward. Con el paso del tiempo, los yanomami ya aparecen en casi todos los libros de texto escolares como representantes de un pueblo originario de la selva. Los niños en edad escolar muestran mucho interés y pueden emprender proyectos de cooperación en donde se presentan a sí mismos ante los yanomami, como por ejemplo ocurrió luego de una charla en la localidad de Osterhofen.
Nuestra asociación registrada Yanomami-Hilfe
Nuestra asociación Yanomami-Hilfe fue creada hace exactamente 10 años. Podrá ser pequeña, ¡pero es muy efectiva! Con los frecuentes aportes de ustedes, las donaciones on-line y aquellas que surgen al final de cada charla hemos podido apoyar a los yanomami y ser para ellos un amigo confiable. Nuestros ingresos y egresos son evaluados regularmente por la Delegación de Hacienda de Kiel-Nord y, en cada oportunidad, nos ha sido renovada la utilidad pública sin ningún tipo de objeción.
¿Cómo visualizamos nuestro futuro trabajo con los yanomami?
Nuestra intención es la de continuar promoviendo la autonomía de los yanomami y también seguir llevando radios de alta frecuencia a las aldeas más retiradas, para que todas estén en contacto recíproco y puedan solicitar ayuda en casos de peligro, como el generado por los buscadores de oro o por las epidemias. Actualmente ya hemos encargado 10 nuevos radios de alta frecuencia que llevaré a los yanomami de Brasil a comienzos de este año.
Entre otros planes para el futuro está construir un portal de donaciones para los yanomami en el sitio www.betterplace.org. Ojalá tengamos suerte y podamos recibir de esta manera más apoyo financiero.
Es mi deseo también trabajar más estrechamente con las autoridades gubernamentales de Alemania y de las localidades in situ. El 23 de abril de 2016 estaré en Berlín dictando una conferencia ante 1.000 médicos tropicales en el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Luego, para el verano, está programada una charla para la Embajada de Venezuela.
Conclusión
Es una dolorosa deducción tener que reconocer que la etnia yanomami aún sigue siendo amenazada y que la presión que se ejerce sobre sus tierras para explotar los últimos recursos minerales que allí se encuentran jamás tendrá un fin. Los yanomami lo han entendido y saben que, en el largo plazo, tendrán que tomar las riendas de sus derechos. Queremos apoyar la iniciativa genuina de los yanomami tanto como se pueda y tanto como sea necesario.
Finalmente, palabras de “agradecimiento”
Hace un par de semanas recibí en Blumenthal la visita de mi viejo compañero de batallas, Rüdiger Nehberg. En ocasión de su octogésimo cumpleaños mi regalo fue un álbum con fotografías de nuestras expediciones juntos. Sin él nunca hubiera conocido a los yanomami. ¡Gracias Rüdiger!
También deseo agradecer a mis ex colaboradoras en Yanomami-Hilfe e.V. Isa Gern y Heike Pries, y a las actuales Maren Doobe (administración), Gela Schmidt (mantenimiento de la página web) y a mi nuevo colaborador Lennard Walden (departamento yanomami). Sin ustedes no podría llevar a cabo el trabajo de la asociación.
El buen funcionamiento del trabajo yanomami en el Amazonas se lo debemos a Anna Ballester, quien intercede por ellos con voluntad y compromiso increíbles.
Donativos de otras asociaciones y organizaciones
Mi agradecimiento sincero está dirigido a:
SOS Regenwald, de Wels (Austria), Limpopo e.V., en Berlín.
La Comunidad Pastoral Mehring y su grupo “Sankt Martin”, así como a la “Coral de la Iglesia Yanomami”, de Hamm.
Gracias a las generosas donaciones de la asociación “Lebensraum Regenwald” (Espacio de vida en la selva tropical) de Roland Zeh, de Nürnberg, pudimos adquirir 5 radios de alta frecuencia para la organización yanomami Hutukara. ¡Muchísimas gracias!
Un sentido agradecimiento también a nuestros fieles colaboradores de Yanomami-Hilfe e.V, quienes con sus aportes frecuentes apoyan nuestro trabajo constante. Vaya también nuestra gratitud a quienes hacen donaciones particulares y vía on-line, a través de nuestra página web.
A Monika Kienas, Gerd Haverkamp, Christhard Kotte, Kathrin Liedke, Hans Hinrich Kahrs, Elisabeth Albert, Frank Wiggert, Elena Ziesemer, Familia Günzler, Kathrin Scheven, Tom Avsic, Franz Rabenhofer, Karl Wenning de Editorial TAC, de Aichach, Christian Dohrn y Munna Thies de la Colombia francesa (!).
Campañas escolares a beneficio de los Yanomami
Fundación Escolar Maria-Ward, en Altötting (marcha solidaria), Escuela Hefner-Alteneck, en Aschaffenburg (venta de tortas), Escuela Secundaria Estatal Fridtjof-Nansen, en Munich (venta de tortas).
También agradezco de todo corazón a Alba Rondón, mi consejera en asuntos políticos en Venezuela, y a Evelyn Gutiérrez de Caracas, por la traducción al español de nuestra página web y nuestros informes.
También quiero enviar un especial agradecimiento a Marion Strauss-Barthel, quien desde hace años me presta su automóvil Panda -incluso en tiempos de nieve y hielo- para hacer el tour de charlas escolares en Baviera.
Y finalmente un caluroso agradecimiento a Jens Riepen, mi vecino y arrendador, por el alquiler ofensivamente barato que pago por mi habitación y por la oficina de los yanomami en nuestra vivienda compartida, en Blumenthal.
¡Muchas gracias! ¡Muito obrigada! ¡Vielen Dank! Totihi.
Sin el aporte de ustedes, todo el trabajo por los Yanomami sería imposible. Por favor, ¡sigan apoyándonos!
Deseándoles lo mejor, con todo mi cariño,